Visitar Basilea

Visitar Basilea¿Quieres visitar Basilea? A continuación vamos a facilitar un posible recorrido por la ciudad del norte de Suiza. Es posible visitar los principales puntos de interés en tan solo un día. Si disponemos de más tiempo, entonces será posible entrar en alguno de los museos que la pueblan. La mejor manera de desplazarnos por sus calles será a pie. No obstante, existen diferentes medios de transporte público.

Visitar Basilea andando

Un buen punto en el que comenzar la visita es la Centralbahnplatz, donde está situada la principal estación de tren de Basilea-SBB; y también la estación de tranvías con más líneas. Aunque es posible desplazarse hasta el centro de la ciudad antigua en transporte público, sin duda alguna es mejor llegar hasta allí andando. Así se pueden ver algunas cosas por el camino que son interesantes. Tomando camino hacia el norte de la plaza, cruzaremos la Nauenstrasse y entraremos en el Elisabethenanlage. Es un pequeño parque desde el que se llega a Elisabethenstrasse, en cuyos números 10-14 encontraremos la Elisabethenkirche. Se trata de una iglesia levantada a mediados del siglo XIX que prácticamente precede a la ciudad vieja de Basilea.

Cruzando una pequeña plaza situada detrás de la iglesia, donde se encuentra el teatro de Basilea, se llega a Steinenberg. Girando a la izquierda en esta calle, encontraremos en la acera de la derecha el Casino y la entrada a la Barfusserplatz, uno de los puntos más animados de la ciudad por la gran cantidad de turistas y ciudadanos que coinciden en esta plaza, bastante poblada de cafés, restaurantes y terrazas, cuando el tiempo lo permite.

Sin embargo, antes de adentrarse en la plaza, puede ser interesante dar una pequeña vuelta y subir por Kohlenberg. A la derecha podremos ver la parte posterior de Leonardskirche, una iglesia que data del siglo XV y que se puede visitar si nos adentramos por las callejuelas que hay más adelante. Para ello, en el cruce entre Kohlenberg y Leonhardsstrasse, se puede girar a la derecha. Entraríamos así por unas calles peatonales que tienen un encanto especial.

Visitar la ciudad vieja

En esta zona de Basilea parece que nos encontremos más en un pequeño pueblo y no en una gran ciudad. Esto se debe a sus estrechas calles, sus casas antiguas y los suelos adoquinados. Bajando por Leonhardsberg llegaremos nuevamente a la Barfusserplatz. Momento que podremos aprovechar para adentrarnos en esta concurrida plaza. Los martes instalan decenas de puestos del típico mercadillo donde se venden todo tipo de objetos. En las casas que rodean la plaza encontraremos muchas cafeterías, bares y restaurantes, alguna que otra tienda y lo que más destaca de la plaza: el Historisches Museum o Museo de Historia de Basilea. Instaurado en una iglesia del siglo XIV, en su interior podremos visitar infinidad de elementos. Estos ayudan a explicar la historia de la ciudad desde sus orígenes, en la época celta, hasta nuestros días.

Al norte de la plaza se encuentra Falknerstrasse. Es una calle por la que podemos seguir nuestro recorrido para seguir conociendo más cosas de Basilea. Lo siguiente que veremos, a nuestra derecha, será el Hauptpost, la oficina principal de correos de la ciudad, un edificio de líneas góticas construido en piedra arenisca que tiene una importante historia a sus espaldas. Continuando por la misma calle, que ya habrá cambiado de nombre y se llamará Gerbergasse, llegaremos a uno de los puntos más interesantes y conocidos de la ciudad: la Marktplatz o plaza del Mercado. Además de tratarse de uno de los puntos más concurridos de Basilea, destaca por la gran cantidad de edificios históricos que rodean la plaza, especialmente por el Ayuntamiento (Rathaus); así como por el mercadillo que hay en la isleta central. Allí podremos encontrar productos típicos de Suiza.

Saliendo del centro

Al noroeste encontraremos una salida de la plaza y llegaremos a una pequeña fuente situada en la confluencia de varias calles. Nuestro objetivo sería llegar a Kellergässlein y subir por unas escaleras hasta llegar a la Petersplatz. En esta plaza, llena de árboles y jardines, encontraremos la Peterskirche, una iglesia construida en el siglo XIV cuyo interior merece la pena visitar. Cruzando la plaza hacia el oeste llegaremos a Spalengraben, que nos llevará hasta Spalenvorstadt. Es una calle cuyo final está marcado por la Spalentor, una puerta de la muralla medieval construida a finales del siglo XIV. Muy cerca también encontraremos el Jardín Botánico de la Universidad de Basilea. También hay algunos edificios propios de la universidad.

Deshaciendo el camino y llegando nuevamente a la Petersplatz, se puede bajar por Petersgraben en dirección al río. Antes del cruce con Spitalstrasse y Blumenrain, encontraremos en la acera de la izquierda la Predigerkirche. Es una iglesia reconstruida en varias ocasiones por diversas causas. De ella cabe destacar la torre gótica y la pila bautismal que hay en su interior.

Bajando por Blumenrain, con el río a nuestra izquierda, podremos ver en la zona más pegada a la orilla el famoso hotel ‘Les trois rois’ o los tres reyes, cuya fachada destaca especialmente sobre el resto de edificios. Así llegaremos a Schifflände y estaremos justo delante del Mittlere Brücke, uno de los puentes más famosos que cruzan sobre el río Rin en la ciudad de Basilea y que unen Grossbasel con Kleinbasel. Una vez en la otra orilla, y siguiendo Greifengasse, llegaremos hasta Claraplatz y podremos visitar Clarakirche o iglesia de Santa Clara, una iglesia católica parroquial del siglo XVII.

Las vistas de Grossbasel

Deshaciendo el camino, volveremos a la orilla oriental del río. Aprovecharemos para dar un paseo por Oberer Rheinweg, una calle peatonal situada al borde del Rin. Este recorrido ofrece, sin lugar a dudas, las mejores vistas de la ciudad de Basilea. Desde allí podremos ver Grossbasel en todo su esplendor, no importa la época del año en la que nos encontremos. Al finalizar, llegaremos a estar bajo el Wettsteinbrücke, el segundo puente más antiguo de la ciudad. Se puede llegar al mismo subiendo unas escaleras. Una vez cruzado, llegaremos a un cruce de calles donde destaca el edificio del Kunstmuseum. Es el Museo de Arte de la ciudad. En ese cruce, a la derecha, encontraremos Rittergasse. Seguiremos esa estrecha calle hasta llegar a la Catedral (Münster).

Se trata del edificio más espectacular de Basilea. No solo por la altura de sus torres sino también por su color rojizo. Este hecho convierte a este edificio en un hito singular dentro de la arquitectura gótica. Lo primero que podemos ver es el claustro, de forma gratuita. Está formado por un doble cuadrado contiguo, combinando colores blancos y granates. Está lleno de arcos ojivales y tiene gran cantidad de relieves en las paredes.

Visitar Basilea hasta el final

Antes de entrar en el edificio, cuya entrada se sitúa en la fachada principal, merece la pena salir directamente hacia la Pfalz. Es una terraza del siglo XVI que ofrece una magnífica vista del Rin y de Kleinbasel. Está situada detrás de la catedral y tiene una salida directa desde el claustro. Tras disfrutar de las vistas, se puede ir a la entrada de la catedral y visitarla de forma gratuita. La entrada por la puerta de Sankt Gallen nos lleva a una de las cinco naves del interior. Del mismo caben destacar elementos tales como la sillería del siglo XIV o la cripta. Allí hay frescos de los siglos XIII y XIV.

Saliendo de la catedral, desde la Münsterplatz podemos dirigirnos hacia Augustinergasse. Desde allí caminaremos hasta llegar a la parte trasera de la Martinskirche. Se trata de una parroquia del siglo XIV, la más antigua de la ciudad. Desde aquí, lo mejor es volver a la Marktplatz y ver el Ayuntamiento por dentro. El patio interior se puede ver gratuitamente. El resto del edificio se hace con una visita guiada que hay que reservar previamente.

Por el lado meridional de la plaza sale una de las calles más transitadas de la ciudad: Freie Strasse. Es una calle llena de escaparates y de grandes almacenes. Presenta en su recorrido diversos palacios de finales del siglo XIX y comienzos del XX. Al final de la misma se encuentra Elisabethenstrasse, calle por la cual llegamos desde la estación de tren. Éste podría ser el punto final de la visita.

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